Ruth

Uno de cada cuatro niños se siente solo al llegar a casa · ELPAÍS.com

Compartir con vosotros este artículo que a día de ayer fue lanzado y publicado por varios medios de comunicación, prensa, radio y televisión. Realmente este artículo me confirma dudas que yo tenía acerca de la infancia de nuestro país, algunos lo entenderán y otros no, pero yo necesito compartir, dar mi opinión con el único objetivo de concienciar, de intentar ayudar a que personas que por diferentes circunstancias o situaciones están padeciendo o obrando de esta manera, para decirle que nunca es tarde si la dicha es buena, que rectificar es de sabios.

Me gustaría ser breve, poder intentar transmitiros contaros parte de mis vivencias de pequeña, para que algunos entiendan o vean en mi ese ejemplo, del cual me gustaría que intentaran no ocurriera en sus vidas, en sus familias, ni mucho menos en sus hijos, en los habidos o en los que puedan venir.

Nací en Girona, fruto de una relación esporádica, temporal fruto de una situación de una atracción carnal y pasional, pero gracias a esa situación nacía yo, una persona me considero hecha y derecha a día de hoy que no es poco. Con apenas 15 meses de vida, aquella convivencia entre mis progenitores se vino al traste, decidiendo así mi madre irse a vivir a casa de mi abuela en la ciudad de Barcelona, donde esta emigró allá por el año 1955 cuando se quedó viuda en Jaraíz de la vera de la provincia de Cáceres.

La pobre mujer, nos recogió con los brazos abiertos, y a mi me dedicó hasta el último aliento de su vida, tristemente su vida se separó de la mía en el año 1990 cuando un fatídico cáncer decidió alejarla de mi. Muchas veces he dicho que esta mujer, mas que mi abuela, mi yaya como yo la he llamado siempre, ha desempeñado en mi el papel de mi madre, dejando a mi progenitora biológica en segundo lugar pasando a convertirse en mi hermana. Aprovecho para volverle a repetir aunque ya no esté aquí, GRACIAS YAYA..

Con esa edad me introdujeron en una guardería donde así les resultaba mas fácil ya que en aquella época como ahora debían de trabajar para poder ganarse el jornal y pudiéramos seguir viviendo, ya en la guardería aunque yo no lo recuerdo sufría los primeros indicios de una total discriminación, motivo, ser hija de padres separados, cuanto mas cuando ni siquiera se llegaron a casar, fruto de una relación fuera del matrimonio, ¡madre mía!.

Cuando realmente me empecé a dar cuenta fue en mi transcurrir en el colegio, cuando empecé en E.G.B, era la única hija del colegio de padres separados, que dolor tan grande cuando veía a otros niños del cole que su padre les acompañaba o venía a recogerlos al cole a la salida, que dolor salir un domingo a dar un paseo con mi madre y ver que muchos niños iban con su madre y su padre, ¿y el mío? ¿por qué a mi?. Quiero contar esto porque muchas veces lo digo, los niños sufren los niños padecemos, los niños somos discriminados, los niños no pedimos venir a este mundo.

Por eso hoy al ver ayer esta noticia, siento la necesidad de compartirla, porque incesantes de veces le he dicho a mi madre desde bien pequeña, no quiero caprichos, y creerme hasta que vivió mi yaya, me crié entre algodones, mi madre hasta entonces me llenaba de caprichos, de la mejor ropa, los mejores regalos de reyes, etc.... Pero yo lo que necesitaba era su cariño, que estuviera mas tiempo en casa, porque muchas veces me pasaba los días sin su presencia, ya que se iba por la mañana y cuando venía por la noche yo ya estaba dormida, hoy en nuestra sociedad, esta de moda que los padres se separen, que los niños pasen un tiempo con uno y otro con otro progenitor, pero realmente el sufrimiento va por dentro.

De la misma manera el exceso de la jornada laboral en nuestros progenitores, la ausencia física y la psíquica porque a veces o la mayoría andan absorvidos en otros menesteres y aún estando en casa, es como sino estuvieran, los niños necesitan esas relaciones familiares, sentir que sus padres están pendientes de ellos, están cerca para cuando los necesitemos, es ley de vida, lo demás no se yo.

Pedir a los adultos que por favor se tomen en serio el hecho de tener un hijo, se tomen muy en serio la tremenda responsabilidad que es ser padres, que no es estar sino ser y sentir que eres progenitor que es muy distinto.

Aprovecho desde aquí y le envío un beso tremendo a mi padre, agradecimiento a mi madre y a los demás invitaros a que aportéis a que compartáis aquellas situaciones cotidianas que puedan reflejarse con esta entrada, ya que las cargas compartidas son menos cargas y ayuda el diálogo en la búsqueda de soluciones, hoy todavía estamos a tiempo, mañana quizás pueda ser demasiado tarde.
3 Responses
  1. Vaya, cada vida es un mundo. Escuché la noticia en la radio. La vida de hoy, el modo de vivir, que se necesita que los dos pares de la pareja estén trabajando fuera de casa, hace que los hijos estén sólos y mal acompañados por la televisión.
    Como hay que ganar dinero para vivir, hay que estar todo el día fuera. Este es el capitalismo agresivo.
    Yo tuve la suerte de a pesar de sólo tener una hermana, no estar nunca solo. Vivía en el campo, con mis vecinos, mis perros, mis vacas ... ya ves , como Heidi más o menos jeje


  2. SOMMER Says:

    La verdad es que la noticia, no por conocida deja de sorprender. Nos fijamos demasiado en cosas supérfluas, sin prestarle atención a cosas que de verdad dejan marcados a los niños.

    Debemos reflexionar. De eso no cabe duda.


  3. Ruth Says:

    ¡Hola Sommer!
    Se bienvenido a esta bitácora que es de todos y para todos, gracias por tu comentario que como bien compartes debemos reflexionar, cuando leí el artículo me identifiqué porque no se trata de estar plenamente absorvido por ellos, pero tampoco el no prestarles ni un momento de atención, por ello la escribí, creo que rectificar es de sabios, y yo al menos en medida de lo que pueda lo intentaré.
    Un saludo en esta mañana.